lunes, 27 de mayo de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

La Madre de Dios apareció y nos dijo:

¡La paz esté con vosotros! Queridos hijos, rezad, rezad, rezad. Convertíos. Todavía no os habéis convertido porque no sabéis cómo escuchar mis llamadas. Cambiad vuestras vidas. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Este mensaje es muy importante: todavía no nos hemos convertido porque no sabemos cómo escuchar las llamadas de la Virgen. ¿Qué podemos hacer para escucharlas y vivirlas dignamente? Siendo fieles a Dios y a nosotros mismos, tratando de renunciar definitivamente a todo aquello que no encaja bien con nuestra vida y que nos distancia de Él.

A menudo no sabemos cómo renunciar a las cosas del mundo por amor a Dios. Esta es una etapa larga y dura, un camino de conversión que nos acompañará toda la vida. Como nos dijo la Virgen: un camino de pruebas y sufrimientos, lleno de piedras y espinas. No el camino liso, bonito y floreado. Pero quien venza tendrá la promesa de la vida futura en el reino de los cielos.

¿Qué es el mundo comparado con la eternidad? Un soplo de viento que pasa rápidamente, pero la eternidad es algo que durará para siempre y allí habrá alegría sin fin:

He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres. Él morará con ellos; ellos serán su pueblo, y Él, Dios-con-ellos, será su Dios. Enjugará toda lágrima de sus ojos, porque ya no habrá muerte, ni llanto, ni dolor. ¡Sí! ¡Lo viejo ha pasado! Entonces el que estaba sentado en el trono declaró: He aquí que hago nuevas todas las cosas.( Apocalipsis 21:3 a 5)

Recuerdo que al principio de las apariciones la Virgen nos pidió que perseveráramos y confiáramos en su protección maternal. Nunca podré olvidar su guía y ayuda maternal. Puedo decir con certeza, si Dios y la Virgen están con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? La primera vez fue en el año 1995. La Virgen había pedido:

Id a Padre Omar y referidle lo que os está sucediendo, en vuestra familia. Decidle sobre mi petición para la capilla, que deseo que se construya en el sitio que os he indicado. Escuchad atentamente lo que os diga. No construyáis la capilla antes de que hayáis hablado con él y sepáis lo que piensa sobre lo que se os ha pedido. Habladle sobre el comportamiento y el respeto que deben tener las personas cuando se reúnan en la casa de Dios, y sobre cómo deben vestirse las mujeres cuando vayan a la Iglesia y a la Misa. No os preocupéis, estaré con vosotros en ese momento iluminándoos.

Fuimos a hablar con Padre Omar: yo, mi madre y mi padre. Nos escuchó atentamente y nos miró con un aire muy serio. A veces se llevaba la mano a la cara, como para pensar, pero siempre mirándonos mientras le decíamos lo que le contábamos. Recuerdo que mi padre le preguntó,

¿Qué opina de esta petición de la Virgen? ¿Podemos construir la capilla que se nos ha pedido construir allí en el lugar mencionado?

Padre Omar respondió que no habría ningún problema, porque era propiedad privada. Que se podía construir lo que uno quisiera allí. Mi padre le dijo a Padre Omar que estábamos allí poniéndonos a su disposición para lo que necesitara la Iglesia. Que queríamos ayudar, y si quería nuestra ayuda podía hablar con nosotros. El problema que surgió y que nos dolió tanto fue la reacción de Padre Omar que nos dijo una cosa delante de nosotros, pero en la iglesia, durante la misa, delante de la gente, habló en contra de nuestra familia. Esto nos hizo sufrir mucho. Muchas veces mi madre volvía a casa llorando mucho y muy humillada, pero la Virgen, al principio de las apariciones, ya nos había advertido que tendríamos que sufrir mucho y pasar muchas pruebas si queríamos consolar el Corazón de su Divino Hijo y su Inmaculado Corazón. Que todos estos sufrimientos al menos hayan quitado muchas espinas que herían sus Corazones Santísimos.