domingo, 25 de junio de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, cuánto los amo. Soy su Madre y Reina de la Paz. Su presencia aquí es motivo de alegría para mí. Gracias por venir. Yo, su Madre Celestial, los invito a una conversión sincera. Conviértanse, hijitos, ¡conviértanse!

Los amo, y los tengo a todos dentro de mi Inmaculado Corazón. Hoy, muchas gracias se derraman sobre cada uno de ustedes. Agradezcan a Jesús por esta gracia que han recibido.

Mi presencia entre ustedes es una gran gracia. Oren más. Oren el santo rosario con amor. El rosario es su arma.

Hijos, soy su Madre celestial. Oren mucho. Dios nuestro Señor me envía aquí para derramar sus gracias. Oren al Señor y ofrézcanle su corazón. Oren, hijos, y amen a mi Hijo Jesús.

Soy la Reina de la Paz, y desde aquí en Itapiranga bendigo a todo el mundo. Todos ustedes son especiales para mi Inmaculado Corazón. Yo, la Virgen Madre de Dios, les digo: oren, oren, oren. El mundo necesita muchas oraciones. Oren esta tarde por la paz en el mundo y por el fin de la guerra. Cuando regresen a sus hogares, lleven mi paz a sus hermanos y hermanas e invítenlos a venir a orar en este lugar lleno de gracia que he preparado con mucho amor para cada uno de ustedes. Los amo, hijitos. Los amo. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Luego la Virgen habló:

¡Paz, paz, paz! Los hombres deben orar mucho pidiendo a Dios la paz de todo el mundo. Oren, oren, oren. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!