Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
jueves, 8 de junio de 1995
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Itapiranga, AM, Brasil

¡La paz esté con ustedes!
Queridos hijos, Yo soy la Madre de Dios, su Madre y la Reina de la Paz.
Rezen el Rosario todos los días por la paz del mundo y por el fin de la guerra. ¡Paz, paz, paz! El mundo necesita paz. Oren mucho por la paz. Jesús es el Príncipe de la Paz y Yo, su Madre, soy la Reina de la Paz.
Vierto gracias especiales sobre cada uno de ustedes esta noche. Escuchen mis llamados. Vivan mis mensajes. Esta ciudad es muy querida para mí (Itapiranga). Elegí esta ciudad para darles mis mensajes, para invitarlos a la oración y a la conversión.
Aquí en Itapiranga deseo extender mi amor y paz sobre todos mis hijos. Yo soy su Madre y los amo mucho. Oren, oren, oren. El mundo necesita mucha oración.
Abran sus corazones a Jesús. Amen mucho a mi Hijo Jesús. Él los ama con un gran amor. Oren por aquellos que no lo aman y que no aceptan su amor divino negándolo.
(¹) "Y nosotros que creemos reconocemos el amor que Dios tiene por nosotros. 'Dios es amor: quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él' (1Jn 4:16).
"Me amó y se entregó por mí" (Gal 2:20). Ahí, entonces, está el término del amor: entregarse, transformarse enteramente en el uno que uno ama. El amor nos hace dejar nosotros mismos y nos transporta, en éxtasis inefable, al seno del amado". Alberto Magno (En unión con Dios), pero que en realidad pertenece a un monje benedictino Johannes Von Kastl. (Cf. OC-t.Ib C 194, n. 5 [N. de T.].
(²) Jesús comunicó a los hombres el mensaje de salvación, la voluntad de Dios; reveló los misterios y el orden sobrenatural; habló de la vida individual y social; de la eternidad, la muerte y el juicio; restauró los valores de la existencia; destronó el egoísmo y el orgullo, elevando el altruismo, la caridad y la humildad; derribó el hedonismo proclamando el camino de la cruz. Esta enseñanza - divina e infalible - Jesús no la dejó a la discreción e indiferencia de los hombres, sino que la impuso solemnemente como condición para la tierna salvación. El Evangelista Marcos es explícito: "Quien crea y sea bautizado será salvado. Quien no crea será condenado" (Mc 16:16).
No hay término medio: uno debe creer todas sus enseñanzas y poner en práctica toda la ley moral.
Orígenes:
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