Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
domingo, 28 de septiembre de 2014
El Padre Celestial habla después de la Santa Misa Sacrificial Tridentina según Pío V
En la capilla de la Casa de la Gloria en Mellatz por Su herramienta e hija Ana.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Todo el presbiterio y también la enfermería estaban bañados por una luz resplandeciente. Durante la Santa Misa del Sacrificio y también durante el Rosario muchos ángeles estaban en la Capilla de la Santa Casa y entraban y salían. Rodeaban el altar del sacrificio y también el altar de María. Estaban preocupados por nosotros porque estamos rodeados por las fuerzas del mal en este tiempo de crisis en el que vivimos y en el que se encuentra la fe católica.
Sí, todas las tribulaciones y todas las dificultades os las he cargado y os las he impuesto", dice el Padre Celestial.
El Padre Celestial hablará hoy, decimosexto domingo después de Pentecostés: Yo, el Padre Celestial, hablo ahora y en este momento, a través de Mi instrumento e hija Ana, dispuesta, obediente y humilde, que está totalmente en Mi Voluntad y repite sólo palabras que proceden de Mí y corresponden a la verdad plena.
No es fácil, Mi amado pequeño rebaño y Mis amados seguidores, no desanimarse y abatirse ahora, en este tiempo de crisis, porque los sufrimientos os están sobreviniendo, pero vuestra queridísima Madre Celestial sufre en primer lugar. Recientemente ha experimentado y sufrido la Fiesta de los Siete Dolores. El sufrimiento rodea a tu queridísima Madre Celestial, y los ángeles la sirven y la apoyan. Pero también te apoyan a ti. Estás rodeada de ángeles que quieren protegerte en esta tribulación, en este sufrimiento, que crees que no puedes soportar porque te parece demasiado difícil.
A veces no puedes imaginar que tu Padre Celestial pueda pedirte esto. Debe esperarlo de ti, para salvar a las muchas almas, especialmente a las almas sacerdotales, que aún hoy no están dispuestas a recorrer el camino de la obediencia a Mí, sino que siguen al Pastor Supremo, que no Me obedece y pasa por el error del camino y la incredulidad.
Ningún sacerdote está dispuesto a tomar el camino más difícil, el camino al Gólgota. Al contrario, quieren tenerlo fácil. Pido e imploro por sus almas a través de Mis muchas almas expiatorias que se encuentran en la crisis más grave de sus sufrimientos. Nadie puede comprenderlas y nadie podrá investigar y comprender lo que el Padre Celestial espera de ellas y por qué lo hace. La desesperación les rodea. Piensan que el sufrimiento es tan grande que no pueden soportarlo. Y, sin embargo, Yo, el Padre Celestial, soy el Todopoderoso, el Omnisapiente y el Todopoderoso.
Mi pequeña está a punto de someterse a una grave operación de corazón y, además, tiene un miedo mortal a las montañas de aceite. No sabe cómo soportarlas. Por las noches reza y cree que puede encontrar consuelo. Pero simplemente es demasiado difícil si no hay una gran multitud que la respalde y la proteja en estos momentos de crisis. En este momento está sumida en una gran desesperación y no sabe cómo seguir adelante. Se ha desanimado. Llora lágrimas amargas, porque Jesucristo llora en ella por las almas de los sacerdotes y por el Pastor Supremo y sus seguidores, la Curia, los arzobispos y los obispos. Ellos tampoco están dispuestos ahora a anunciar la verdadera fe a pesar de esta gran pasión de sufrimiento, que mi pequeña siente y experimenta. Siguen sumidos en el engaño. Están convencidos de que ellos mismos proclaman la verdadera fe.
Y el pequeño rebaño y sus seguidores luchan. Están en la gran lucha, y todavía se dice que son sectarios, sí, sectarios que proclaman el error y la incredulidad. Por eso deben ser rechazados, despreciados y vilipendiados. Bajo ninguna circunstancia se debe formar parte de su séquito.
Y por eso tus enemigos luchan contra ti. Esto hace que la lucha injustificada sea cada vez más difícil. La montaña del Gólgota te parece inalcanzable. Pero debes escalarla paso a paso, porque Jesús, el Hijo de Dios, ha ido delante de ti y no se ha desviado de Su camino. Tuvo que soportar las últimas y más difíciles horas de abandono de Su Padre. Y en este abandono y soledad te encuentras ahora y piensas que no puedes continuar. Pero tu Padre Celestial te ama mucho. Entonces, hijita, cuando el sufrimiento se hace excesivo, cuando crees que vas a desfallecer de sufrimiento, Yo estoy ahí y en el último momento pongo Mi Mano en tu mano, aunque no lo sientas, aunque creas que te he abandonado y tu abatimiento se haga cada vez mayor Así es, hijita mía, así es este camino, escarpado y casi inalcanzable. Y quedará un rebaño muy pequeño, que quiera recorrer incluso este camino tan difícil en toda consecuencia, hasta dar la vida.
Os amo indeciblemente, os pido que aguantéis hasta vuestro último aliento. Os envío a todos los ángeles en estos últimos días del mes de los ángeles, especialmente al Santo Arcángel Miguel, que es vuestro patrón de la iglesia doméstica de Gotinga. Mañana celebraréis esta fiesta patronal. Os deseo que el Santo Arcángel Miguel aleje de vosotros toda pesadumbre y seque vuestras lágrimas.
El Padre Celestial en la Trinidad te bendice ahora en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Alabado y bendito sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar sin fin.
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