Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania

 

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Nuestra Señora habla a la Vigilia por la vida no nacida después de la Santa Misa Tridentina Sacrificial en la Capilla de la Casa en Göttingen a través de su hija Ana.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo Amén. Las pequeñas almas tuvieron coronas doradas hoy, no blancas. El Cielo me dijo que esta sería la preparación para la temporada de Navidad, ya que muchas pequeñas almas fueron salvadas hoy.

Nuestra Señora dice: Mis amados hijos, Mis hijos de María, Mis elegidos, han ido a esta vigilia en su ciudad hoy. Muchas almas que estaban esperando la gloria de Dios pudieron entrar al cielo desde la frente celestial. Finalmente se les permitió ver la gloria de Dios. Lo anhelaban. Los que quedan atrás tienen un gran anhelo.

A través de ustedes muchas madres fueron bendecidas, quienes dejaron que su hijo madurara en su vientre. A través de ustedes estos pequeños niños también fueron bendecidos.

Algunas madres fueron a esta clínica y con el corazón apesadumbrado querían matar a su hijo. Yo, como Madre, como Madre Celestial, tuve que presenciar esto y no pude salvarla y no pude persuadirla de arrepentirse. A través de su expiación, estos pequeños niños podrán entrar al cielo inmediatamente.

Mucha gente los ha visto. Se han dado cuenta de ustedes a través de su constante oración y coraje. Han testificado la fe a través de esta expiación. Yo, como madre, continuaré preparándolos para que puedan pasar por esta vigilia una y otra vez y no sean perturbados en su oración. Se ha dicho algo malo sobre ustedes. También se lanzaron calumnias. Por lo tanto, no desarrollen ningún temor, porque el Santo Arcángel Miguel continuará manteniéndoles todo alejado. Esta protección se extendió sobre ustedes porque caminaron valientemente este camino por estas pequeñas almas. Los ángeles los acompañaron y estaban agradecidos y los miraron para salvarlos.

Yo, como madre, les digo a las madres que han pasado por este difícil pasaje y han tenido a su hijo asesinado, vengan a Mí, a su Madre Celestial. Prepararé para ustedes una buena y santa confesión. De lo contrario, no podrán soportarlo, porque su culpa se adherirá a sus almas de por vida. Yo, como madre, sufro con ustedes, porque también se me permite mirar en sus almas y ver esta miseria, este dolor en ella. Quiero aliviar este dolor para ustedes. Y ahora los bendigo, la Madre Celestial, la Madre cuidadosa, con todos los ángeles y santos, con San Padre Pío, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Alabado sea sin fin, Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén.

Orígenes:

➥ anne-botschaften.de

➥ AnneBotschaften.JimdoSite.com

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